Camino Discipular Misionero

Trienio (2023 – 2025) Tiempo para sembrar la esperanza

Durante este primer tiempo se reconocieron las semillas de esperanza, presentes en el campo de Dios.
Se ha salido en actitud misionera al encuentro de las periferias, que el mismo pueblo de Dios nos ha señalado.
Celebrando la esperanza en comunión con el jubileo convocado por la Iglesia Universal, siendo testigos de la misericordia de Dios.

Trienio (2026 – 2028) Tiempo para cultivar la fe

Con su acento propio, será una oportunidad para prestar especial atención a la Iniciación Cristiana, como proceso fundamental para el cultivo de la fe. Reconocemos que, a través de ella, somos introducidos en el misterio de Cristo y en la vida de la comunidad eclesial, donde nos formamos como discípulos misioneros con una fe viva, consciente y activa.
Este cultivo de la fe nos ayudará a vivir con mayor plenitud la comunión, la participación, la misión y la misericordia en la vida de la Iglesia.
2026 - Tiempo oportuno para nutrir la fe, mediante la experiencia de encuentro orante con la Palabra que nos dispone a la conversión personal y comunitaria.
Texto iluminador: Rm. 10, 10
2027 – Tiempo para cuidar la experiencia de la fe, pasando del “yo” al “nosotros eclesial”, profundizando en la vivencia del encuentro autentico que construye comunidad.
Texto iluminador: 1Jn. 4, 16
2028 – Tiempo para testimoniar con alegría la fe, manteniendo el habitus misionero que nos impulsa a crear puentes y a articular pastoralmente la diversidad de dones y carismas.
Texto iluminador: 2Cor 4, 13
TRAYECTO 2026
“Con el corazón se cree” Rm 10, 10
Beber de la fuente: el encuentro personal y comunitario con la Palabra, que nos llama a una lectura orante y profunda de la Sagrada Eucaristía.
Arraigarnos en la Palabra: La liturgia como lugar privilegiado de la Palabra de Dios, donde la fe se celebra y se fortalece en comunidad.
Hacer vida la Palabra: el ímpetu misionero que nos mueve a anuncia la Palabra al mundo con entusiasmo y en actitud de misión permanente.
